Los corrillos de la Fórmula 1 tienen muy claro que a McLaren le van a quitar todos los puntos del Mundial de constructores en la vista del Consejo Mundial.
Hoy, a partir de las diez de la mañana, los 25 miembros del máximo organismo (son 26, pero Jean Todt volverá a abstenerse) analizarán las pruebas contra la escudería (las más importantes son las declaraciones de Mike Coughlan en las que decía que había informado de determinadas partes del monoplaza a miembros directivos del equipo), y los e-mails cruzados entre Pedro de la Rosa y Fernando Alonso. Todas ellas demostrarían que los datos del informe Stepney no se quedaron sólo en el díscolo ingeniero Coughlan. El probador y, sorpresa, Lewis Hamilton, serán los testigos entre los pilotos de la escudería. Alonso se va al circuito belga de Spa, ya dijo bastante con la información de sus correos.
Ante el aluvión de datos en contra de las Flechas de Plata, Lewis podría haber cambiado su intención de no suministrar la información que tenía. De hecho, ha decidido acudir de manera voluntaria. Aunque se trata del niño mimado del negocio, la FIA amenazó a aquellos pilotos que no colaboraran con quitarles la superlicencia. De esta forma podría librarse. Su declaración, eso sí, estará consensuada con el equipo.
Hace sólo unos días, en Monza, lo que se esperaba de él era una defensa a ultranza de la escudería, de Ron Dennis y hasta había elegido convertirse en un portavoz de lujo contra Ferrari. Cerraba filas a cambio de no se sabe bien qué favores deportivos. Éste es un giro en su actitud inicial junto a su mentor.
Los informes que maneja la FIA son enormes y entre los miembros del Consejo pocos dudan de la culpabilidad del equipo. A los pilotos se les salvará por su colaboración y porque no han tenido nada que ver en el trasiego de información. Además, porque se salvaría así el espectáculo de la lucha por el título.
Lo que parece más difícil es que se pruebe el parecido entre el MP4/22 y el F2007, dos coches de concepciones distintas. Además, los datos cedidos por Stepney datan de marzo, con los monoplazas ya construidos. Otra cosa es que se hubieran inspirado en ciertos detalles para evolucionar las Flechas de Plata, algo indemostrable. Documentos tienen de sobra, con unos informes que superan las setecientas páginas, y la colaboración de buena parte de los rivales de McLaren Mercedes en contra del equipo más envidiado del momento.
Éste es el caso que va a cambiar el destino de este Campeonato del Mundo. Y el futuro del imperio de plata. Ron Dennis se quedaría muy tocado y sin fortaleza para imponer estrategias a sus estrellas. Fernando Alonso quedaría libre para marcharse donde quisiera en 2008. Y Hamilton tal vez tendría que correr con Prodrive si excluyen dos años a su escudería. Será una votación a mano alzada, y la decisión, inspirada seguramente por Max Mosley y Bernie Ecclestone, será apelada. No tendremos una sanción definitiva hasta después del término de la temporada.
Hoy, a partir de las diez de la mañana, los 25 miembros del máximo organismo (son 26, pero Jean Todt volverá a abstenerse) analizarán las pruebas contra la escudería (las más importantes son las declaraciones de Mike Coughlan en las que decía que había informado de determinadas partes del monoplaza a miembros directivos del equipo), y los e-mails cruzados entre Pedro de la Rosa y Fernando Alonso. Todas ellas demostrarían que los datos del informe Stepney no se quedaron sólo en el díscolo ingeniero Coughlan. El probador y, sorpresa, Lewis Hamilton, serán los testigos entre los pilotos de la escudería. Alonso se va al circuito belga de Spa, ya dijo bastante con la información de sus correos.
Ante el aluvión de datos en contra de las Flechas de Plata, Lewis podría haber cambiado su intención de no suministrar la información que tenía. De hecho, ha decidido acudir de manera voluntaria. Aunque se trata del niño mimado del negocio, la FIA amenazó a aquellos pilotos que no colaboraran con quitarles la superlicencia. De esta forma podría librarse. Su declaración, eso sí, estará consensuada con el equipo.
Hace sólo unos días, en Monza, lo que se esperaba de él era una defensa a ultranza de la escudería, de Ron Dennis y hasta había elegido convertirse en un portavoz de lujo contra Ferrari. Cerraba filas a cambio de no se sabe bien qué favores deportivos. Éste es un giro en su actitud inicial junto a su mentor.
Los informes que maneja la FIA son enormes y entre los miembros del Consejo pocos dudan de la culpabilidad del equipo. A los pilotos se les salvará por su colaboración y porque no han tenido nada que ver en el trasiego de información. Además, porque se salvaría así el espectáculo de la lucha por el título.
Lo que parece más difícil es que se pruebe el parecido entre el MP4/22 y el F2007, dos coches de concepciones distintas. Además, los datos cedidos por Stepney datan de marzo, con los monoplazas ya construidos. Otra cosa es que se hubieran inspirado en ciertos detalles para evolucionar las Flechas de Plata, algo indemostrable. Documentos tienen de sobra, con unos informes que superan las setecientas páginas, y la colaboración de buena parte de los rivales de McLaren Mercedes en contra del equipo más envidiado del momento.
Éste es el caso que va a cambiar el destino de este Campeonato del Mundo. Y el futuro del imperio de plata. Ron Dennis se quedaría muy tocado y sin fortaleza para imponer estrategias a sus estrellas. Fernando Alonso quedaría libre para marcharse donde quisiera en 2008. Y Hamilton tal vez tendría que correr con Prodrive si excluyen dos años a su escudería. Será una votación a mano alzada, y la decisión, inspirada seguramente por Max Mosley y Bernie Ecclestone, será apelada. No tendremos una sanción definitiva hasta después del término de la temporada.
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